El reyezuelo listado es uno de mis pájaros preferidos. Por su pequeño tamaño, sus vivos colores, sus rápidos movimientos y por la tenacidad con la que defienden su territorio.
Su canto, muy común en esta época del año se puede escuchar en cualquier bosque o en los parques y jardines
Este, era uno de los que cantaba en la carbayera de Sorribes. Uno de los pocos lugares mágicos que nos quedan cerca de la Villa y que desde aquí quiero agradecer a la familia Valdés, todo el esfuerzo que han hecho para la conservación de este paraje como hoy lo conocemos.