Casualmente, llegaban en ese momento, Luis Laria y Alvaro del cepesma para realizar la necropsia.
El esófago en las tortugas marinas presenta una mucosa recubierta de estructuras con forma cónica, a modo de espículas cornificadas, que favorecen el paso del alimento hacia el estómago evitando su reflujo.
Del esófago salieron varios trozos de nailon.
Más tarde, siguieron buscando por el aparato digestivo.
De los intestinos comenzaron a salir todo tipo de plásticos.
Y en el estómago más aun.
Así, que ya sabemos de que murió este joven macho de Tortuga Laud.
Esperemos que las próximas generaciones, más concienciadas, no utilicen el mar como su propio basurero para evitar casos como éste.