Este lagarto verdinegro tomaba el sol sobre la piedra de un muro. El día estaba mas bien frío, pero soleado, por lo que se resguardaba del viento a la vez que aprovechaba el calor del sol y de la piedra para calentar su cuerpo.
En plena época de celo, parece que le procupaba más defender su territorio, mantener cerca a su hembra y calentarse que mi presencia.
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