Con la primavera, comienzan las migraciones. Las aves se mueven en busca del mejor lugar para poder reproducirse. Los habrá, como el bisbita ribereño alpino, Anthus espinoletta, que no se irán muy lejos, pues pasa los inviernos en cotas bajas, cerca de la costa y en la época de cría sube a las montañas. Se cree que también llega algún migrante foráneo. Estos días, todavía se pueden ver bastantes ejemplares por la ría de la Villa, pero pronto desaparecerán.
Uno de los que llega es el milano negro, milvus migrans. Tras un descanso invernal en África, se distribuye por gran parte de Europa para reproducirse. Esta semana he podido ver los primeros del año por la ría.
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