El paisaje de Asturias se modifica a una velocidad tremenda. La presión de la construcción, las mejoras en las vías de comunicación, el abandono del campo, los nuevos materiales...
Todo esto repercute directamente en todos los habitantes, que deben aprender a convivir con los cambios. Este raitán, aprovecha el calor concentrado en el negro plástico de los bolos para calentarse en una tarde fría de enero.
Visualmente no son nada estéticos, pero seguramente también nosotros nos acostumbraremos...
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